jueves, 21 de noviembre de 2013
jueves, 14 de noviembre de 2013
domingo, 10 de noviembre de 2013
Reconstruir la educación pública
Esta columna viene larguita. Téngame paciencia porque en este tema las consignas y cuñas no funcionan y, peor aún, hacen daño.
Educación 2020 cree en la libertad de elección de los apoderados y en la coexistencia armónica de las escuelas públicas con las particulares subvencionadas (por cierto que con regulaciones muy diferentes a las actuales). Esta libertad debe estar presente en todas las comunasy barrios de Chile, en proporciones similares y calidades equivalentes.
Dicho lo anterior, no creemos en un sistema grotescamente segregado tanto por la condición socioeconómica, como académica de los alumnos. La evidencia internacional señala con claridad que esta condición anula cualquier posibilidad de que logremos calidad integral, ni tampoco equidad de oportunidades, ni la cohesión social que toda nación requiere y que estamos perdiendo aceleradamente.
El ejemplo más reciente en cuanto a un cambio de postura respecto de la segregación, nos lo da China. Un informe de la Ocde describe el impactante y acelerado éxito de Shanghai y Hong Kong en los resultados internacionales, y explica sus causantes centrales:
- Término de un sistema construido en base a escuelas para una pequeña elite y su desarrollo hacia un sistema más inclusivo, donde se espera un alto rendimiento en todos los niveles. En otras palabras, todo lo contrario a nuestras creativas políticas respecto a los liceos bicentenario, los emblemáticos, el financiamiento compartido, la expulsión temprana y todas nuestras prácticas de descreme social y académico.
- Reducción del énfasis en el aprendizaje de memoria, pasando a otro basado en la comprensión profunda, con foco en la aplicación del conocimiento, solucionar nuevos problemas y la habilidad de pensar creativamente. En otras palabras, menos énfasis en el currículum sobrecargado y sus compinches estandarizados, los Simce y la PSU.
En suma, somos la “anti-China”… y la “anti-Finlandia”, “anti-Singapur”, “anti-Nueva Zelanda”, vamos navegando exactamente en el rumbo incorrecto. La soberbia ideológica es mala consejera.
Para resolver este entuerto, la reconstrucción de la educación pública es una clave. No es la única, pero esfundamental. No en vano, el 82% de la matrícula en los capitalistas países de la Ocde es pública. Nosotros, en cambio, desde los 80, por acción deliberada, intereses espurios, diseño y/o por negligente omisión de sucesivos gobiernos y alcaldes de todos los colores, nos las hemos arreglado para que esta caiga a 36% y continúe disminuyendo.
Esto priva a muchos apoderados de lo que E2020 entiende como laverdadera libertad de elección; es decir, la posibilidad de enviar a sus hijos no sólo a escuelas religiosas, o Montessori, o de un determinado estrato social, o incluso étnico, sino a escuelas públicas laicas, republicanas, integradoras, sin sesgos ideológicos específicos, de excelente calidad, en todas las localidades.
¿Importa el color del gato?
Los “privatistas-leninistas” suelen usar un dicho: “con tal que cace ratones, no importa el color del gato”, que traducido vendría siendo: “no importa si la escuela es pública o privada, con fines de lucro o sin fines de lucro, con copago o sin copago, que seleccione o que no seleccione, con tal que saque un buen Simce y una buena PSU”. En el extremo, algunos opinan que la educación pública podría desaparecer tranquilamente, ya que la oferta del mercado privado proveerá con calidad y equidad toda la diversidad de opciones que los apoderados necesitan.
Perdón, pero el color del gato sí importa. No para estatizar toda la educación, sino para ofrecer una opción deseada por muchos, evitando así potenciales monopolizaciones ideológicas, religiosas o comerciales en comunas completas, que atentan gravemente contra la cohesión republicana. No queremos barrios que sean únicamente Opus, o Legionario, o Hare Krishna, o de todo tipo de ideologías extremas que abundan en Chile. Esto ya podría ocurrir perfectamente en varias zonas del país.
Por ello es que necesitamos transformar la educación pública en un formidable competidor de la educación privada. El día en que los apoderados en cada barrio puedan optar libremente, y con entusiasmo, por escoger jardines y escuelas públicas integradas, de excelente calidad, gratuitas y sin selección, como ocurre en la vasta mayoría de los países avanzados, ese será el día en que comenzaremos a integrar la sociedad chilena y fortalecerla en sus valores de diversidad y respeto mutuo.
La gran heterogeneidad de la educación pública
Es necesario aclarar que la educación pública es hoy extraordinariamente heterogénea. No se la puede poner a toda en un mismo saco. Las pequeñas comunas de Alto BioBío y Tortel, así como Colina, obtuvieron en 2011, de acuerdo a sus niveles de vulnerabilidad social, resultados vastamente superiores a las de Lo Barnechea y Alto Hospicio, logrando a la vez mantener, y en algunos casos aumentar su matrícula. Un tercio de las comunas de todo tamaño, explica dos tercios de la caída de matrícula.
A su vez hay escuelas en muchas comunas, con 90% de alumnos vulnerables, que obtienen un buen Simce de 290, mejor al de las particulares subvencionadas cercanas, con buen clima escolar, alegría, impecablemente limpias, en que se practica deporte, con apoderados participativos y lista de espera para ingresar; y hay otras que, con los mismos recursos y el mismo Estatuto Docente, obtienen 200 puntos, lo cual equivale a analfabetismo puro, con la matrícula cayendo en picada. Estas últimas suelen ser un basurero físico y emocional de desesperanza aprendida, con profesores que tiraron la esponja. La frase maléfica con que nos topamos en nuestro trabajo de terreno es, “con estos niños y apoderados no se puede hacer nada”.
Curioso, ¿verdad? Escuelas y comunas similares en tamaño y vulnerabilidad social, con muy diferentes resultados, sin que la disponibilidad de recursos haga una gran diferencia. Sus promedios de evaluación docente de profesores no son muy diferentes. ¿De qué depende entonces?
Parece ser que lo único que hace la diferencia es el grado de profesionalización y compromiso con el aprendizaje de los niños que tiene el correspondiente alcalde, el director de la Corporación o Dirección de Educación, los funcionarios de estas unidades y los directivos escolares que ellos mismos seleccionaron. Donde hay clientelismo como preocupación fundamental, y los concursos se tuercen (o no se hacen) para contratar al correligionario del alcalde de turno, la cosa no funciona. Hemos visto comunas completas que ante un cambio de administración edilicia, aun dentro de la misma coalición política, proceden a hacer una “purga” total de personal técnico, pedagógico y administrativo, derrumbando esfuerzos de cuatro u ocho años anteriores.
El necesario cambio de rumbo
Veremos ahora qué se debe hacer para recomponer esta situación, aclarando de antemano que no hay una bala de plata única ni un eslogan que lo resuelva.
La medida más importante y urgente es crear la figura de “dueño de la educación pública”, primero informalmente, y luego formalmente, por ley. Una Agencia Nacional de la Educación Pública, cuya misión única sea la promoción, desarrollo y fortalecimiento de esta modalidad en el país. Hoy, esta figura no existe. En otras palabras, si en algún municipio la educación está convertida en un desastre, con los resultados y la matrícula cayendo en picada, las finanzas en caos, la burocracia rampante, y los funcionarios y directivos seleccionados por ser los amigachos del alcalde… no hay ni ha habido nadie en el Mineduc que se le arrugue una ceja. Total, que se vayan los alumnos a la educación particular, en muchos casos a escuelas que pertenecen al propio alcalde o a funcionarios de la corporación, en un conflicto de interés grotesco. ¿Cerrar o fusionar escuelas? No importa. Esa fue hasta ahora, en los hechos, la política de la dictadura, la Concertación y la Alianza.
Esto no ocurre en las empresas del sector público. Si mañana BancoEstado, Metro o CorreosChile entran en caos, el ministerio correspondiente, y/o el Sistema de Empresas Públicas, vuela al directorio, éste saca al gerente, y se produce un cambio. En la educación pública no existe nadie que ejerza el rol de “dueño”.
Lo anterior no significa de manera alguna que esta Agencia “administre” la educación pública. Impensable que la educación de Aysén se administre desde Teatinos, o por Seremis seleccionados políticamente. Esta es y debe seguir siendo una responsabilidad local, con elevados grados de autonomía, pero este ente nacional debe tener la facultad de intervención, de prevención de conflictos de interés, así como de promoción del sistema, asegurando que los concursos se realicen de buena forma, que los Consejos Directivos locales se integren adecuadamente, e incluso con la capacidad de invertir en la expansión de la red pública.
La segunda medida es la intervención urgente de los 70 municipios (o Corporaciones Municipales), que son claramente identificables como las responsables mayores del deterioro. Es en ellos que deben focalizarse los recursos (misteriosamente no gastados en la ejecución del presupuesto 2013) destinados al fortalecimiento de la educación pública, pero con convenios de desempeño claramente diseñados, en los cuales los gastos se asignen contra compromisos claros de profesionalización y ordenamiento de la gestión, así como saneamiento financiero.
Algún alcalde podrá reclamar que esto constituye intervención en la autonomía municipal, cuestión jurídicamente efectiva. Entendido. Pero entonces, señor alcalde, usted no ve un solo peso de estos recursos, ni del Fondo de Gestión Municipal ni de cualquier otra fuente estatal fuera de la subvención. En esto hay que ser implacables. Basta de negligencias edilicias. Hay niños de por medio y una educación pública que rescatar.
La siguiente medida, que posiblemente tomará un par de años de negociación parlamentaria, es la desmunicipalización. La educación, a la larga, no puede seguir en manos de entes cuyos incentivos y tiempos políticos no están alineados necesariamente con la educación. No puede ser que un alcalde haga un excelente trabajo educativo (y sí los hay), y que en la próxima elección llegue un nuevo alcalde clientelar, despida a todo el personal de la Corporación (lo he visto con mis propios ojos) y eche por la borda cuatro años de trabajo positivo. Pero hay tres prevenciones.
A) Este proceso puede y debe hacerse gradualmente, con muchos grados de flexibilidad y experimentación, comenzando por aquellos municipios donde la situación está peor, y no por aquellos donde las cosas están funcionando bien. No hagamos un nuevo Transantiago educativo por el apuro de pasar una ley que cambie todo de un plumazo, para así quedar bien y festejar en el Congreso.
B) La Agencia Nacional, en conjunto con los Intendentes, deben serrazonables en cuanto al número y tamaño de las corporaciones locales que se crearán. Afirmar que los municipios pequeños no funcionan y que, por ende, hay que fusionarlos, es simplemente un mito. Los datos así lo demuestran aquí y en otros países. Es más, la evidencia internacional señala que las corporaciones o distritos escolares locales más pequeños tienden a hacerlo mejor que los grandes[i], dando igual si son rurales o no. Esto debe complementarse con incentivos a la asociatividad municipal voluntaria. Si dos o más alcaldes de comunas pequeñas quieren compartir un buen jefe de unidad pedagógica, o un experto en informática, que lo hagan, y con incentivos para hacerlo.
C) Cualquiera sea la institucionalidad y composición del Consejo Directivo de estas corporaciones locales, la profesionalización, estabilidad, remuneraciones y concursabilidad transparente de su secretario ejecutivo, y de sus encargados pedagógico y administrativo, son por lejos las principales variables que determinarán el éxito de estas transformaciones institucionales. Si esto no se asegura por ley, todo el resto es música.Para muestra un botón: 2/3 de la matrícula pública hoy día es administrada en Corporaciones, y no el municipio, y en ausencia de estas reglas fundamentales, pasa lo que ya sabemos. Los directivos de educación de corporaciones municipales no son concursables, por si usted no lo sabía.
Hay más. La solución no es simple. Es necesario transformar la fórmula de cálculo de la subvención, tanto para el sector particular como el público. No cuesta lo mismo educar a 7.000 alumnos agrupados en cinco colegios en un radio de 10 km., que educar a 7.000 alumnos agrupados en 30 colegios, en el doble de aulas, en un radio de 100 km. La subvención debe tener una componente por alumno, otra por aula, otra por escuela, y otra por la complejidad geográfica, todo ello calculado dentro de parámetros y cotas razonables.
Por último, hay vastos territorios y barrios de expansión urbana donde la educación pública es virtualmente inexistente, no porque las escuelas públicas hayan desaparecido, sino porque nunca se crearon. Total, ¿para qué?… mejor era darle la plata vía Jornada Escolar Completa al sector particular subvencionado. En aquellas corporaciones y distritos escolares locales cuya calidad de gestión esté garantizada, la Agencia Nacional debe proveer recursos para adquirir escuelas particulares subvencionadas, de manera que la red territorial de jardines y escuelas públicas quede adecuadamente cubierta. Mire que exótico. Desprivatizar pagando. Piénselo bien.
Finalmente, una prevención. Este programa de reconstrucción de la educación pública tomará varios años. Sentarse a esperar estos cambios, en aquellos municipios y escuelas que hoy funcionan inadecuadamente, habiendo otros ejemplos que, en los mismos niveles de vulnerabilidad y tamaño, funcionan adecuadamente, constituye negligencia inexcusable. A mirarse al espejo, señores.
jueves, 7 de noviembre de 2013
Qué es y cómo funciona el ranking de notas
Ranking de notas es medida de calidad, equidad e inclusión en acceso a la universidad.
El ranking de notas es una herramienta en la batería de admisión a las universidades, que desde el año pasado se suma a las Notas de Enseñanza Media (NEM) y a la PSU.
A diferencia de los otros 2 instrumentos, el ranking varía de acuerdo a cada colegio, ya que reconoce el esfuerzo de los estudiantes de acuerdo a su propio entorno, sin discriminar por nivel socioeconómico, género o si salió de un liceo técnico como sí hace la PSU.
El ranking se sustenta en estudios que muestran que los alumnos talentosos están en todas partes, independiente de su condición socioeconómica y del colegio en el que estudien. Es, por lo tanto, una política de equidad e inclusión, en la medida que entrega oportunidades a estudiantes que, a pesar de su condición social, han demostrado interés y hábitos de estudio sostenidos en el tiempo.
Además, es una medida en pro de la calidad. El ranking nace a partir de investigaciones y proyectos piloto que han verificado que aquellos alumnos que se han destacado durante los cuatro años de enseñanza media, son alumnos a los que luego les va bien en la universidad (tienen mejores notas), desertan menos (menor abandono de estudios) y tienen mejores tasas de titulación (se titulan más y más rápido).
Cómo funciona
Se determina la nota promedio y la nota máxima de cada establecimiento del país, utilizando las notas de todos los estudiantes de enseñanza media de cada colegio en los tres años anteriores (en este caso 2012, 2011 y 2010). Con esto se evita generar lógicas competitivas e inflación de notas. Los alumnos no compiten con sus compañeros.
A la nota promedio de cada colegio se le asigna el puntaje correspondiente según la escala NEM: todos los estudiantes que egresan con una nota superior al promedio tienen una bonificación en su puntaje que crece hasta los 850 puntos para la nota que está en el promedio mayor de su colegio. Los alumnos que obtienen una nota inferior al promedio de su colegio mantienen su puntaje NEM.
Opinión de Educación 2020
Educación 2020 nació para contribuir a mejorar la calidad de la educación, con equidad e inclusión. El ranking apunta precisamente en ese sentido: buenos alumnos de colegios vulnerables, tendrán la posibilidad de acceder a la educación superior en buenas universidades, derecho que hasta ahora estaba reservado sólo para aquellos alumnos de colegios de nivel socioeconómico alto o emblemáticos, independientemente de su rendimiento escolar, por el sólo hecho de recibir mayores contenidos durante su educación media y contar con los medios para prepararse para rendir la PSU.
En este sentido, valoramos también los esfuerzos que se han hecho desde los programas Propedéuticos. Estos programas toman a los estudiantes más destacados de su generación y los eximen de la PSU porque entienden que cumplen los requisitos para acceder a la educación superior universitaria. Estos jóvenes, a pesar de las carencias en su formación de base, logran rendir igual o mejor que estudiantes que ingresan vía PSU.
Educación 2020 espera que iniciativas como el ranking y los Propedéuticos se multipliquen, ya que estamos convencidos de que Chile debe avanzar hacia un sistema de admisión universitaria que asegure mayor calidad, equidad e inclusión.
Sigue leyendo sobre el tema:
Estudio UC "Ranking de notas: inclusión con excelencia".
Estudio Cruch sobre el efecto del ranking en la admisión 2013.
jueves, 17 de octubre de 2013
Educación 2020 busca 5 mil firmas por la Educación Técnica
Campaña busca relevar la importancia de la Educación Técnica.
HOY Educación 2020 comienza la campaña “Educación Técnica ¡Ahora!” www.educaciontecnicaahora.cl, que busca relevar y promover la discusión política y ciudadana en torno al estado, la calidad y las necesidades de la Educación Técnica en Chile.
Mientras cerca del 45% de los alumnos de media estudian en colegios técnico-profesionales y los trabajadores que provienen de instituciones de educación superior técnica representan más de un tercio de la fuerza laboral del país, nos encontramos con realidades como que el 48% de los profesores de media no tienen estudios de pedagogía y que el 60% del total de las instituciones de educación superior técnica no están acreditadas.
Carlos Figueroa, investigador de política educativa de Educación 2020, indicó que “es urgente una reforma sustantiva que articule las necesidades de la industria y el desarrollo país con la Educación Técnica Profesional y, a la vez, permita a los estudiante obtener los conocimientos y desarrollar las habilidades para enfrentar el mundo del trabajo. No es posible pensar un nuevo modelo de desarrollo si no nos hacemos cargo de la calidad y pertinencia de la Educación Técnicos Profesional en Chile”.
Educación 2020 llama a ciudadanos e instituciones de la sociedad civil a firmar el Manifiesto por la Educación Técnica que se hará llegar a los candidatos presidenciales y autoridades con el objetivo de relevar la urgencia del tema y obtener respuestas y, sobre todo, propuestas concretas. Ya han firmado: Fundación Superación de la pobreza, TECHO, Revolución Democrática, Fundación Casa de la Paz y NAU.
En el sitio web www.educaciontecnicaahora.cl encontrarán infografías, propuestas de los candidatos a la presidencia y el Manifiesto. Llamamos a la ciudadanía a firmar y hacerse parte de esta campaña promoviéndola y difundiéndola para dar una clara señal a las autoridades de que la Educación Técnica SÍ importa.
MANIFIESTO
1. Porque un gran número de liceos técnicos no cuentan con el equipamiento, materiales e infraestructura necesaria para proveer una educación de calidad. Es necesario asegurar las condiciones para el aprendizaje y la infraestructura e instrumentos que se requieran.
2. Porque es necesario crear un Sistema Politécnico integrado y de calidad que permita a la Educación Técnico Profesional (ETP) ocupar el rol relevante que debe tener en el desarrollo del país.
3. Porque no es posible lograr una educación técnica de calidad si un 48% de los profesores de ETP no tiene estudios de pedagogía y sólo un 15% de ellos cuenta con una especialización.
4. Porque hay más de 90 instituciones de educación superior técnica (60% del total) que funcionan sin acreditación, sin regulación y sin garantizar calidad. Es necesaria la modificación de la Ley de Acreditación, haciéndola obligatoria y exigente.
5. Porque actualmente no contamos con estándares mínimos de aprendizaje para las especialidades y perfiles profesionales, es imprescindible concordar un marco de cualificaciones. Creemos que este acuerdo debe conseguirse por medio del diálogo entre las empresas, los trabajadores y el Estado
6. Porque los estudiantes de ETP (media y superior) no sólo deben aprender el oficio o especialidad, también deben adquirir conocimientos y habilidades para desenvolverse en la vida y poder desarrollarse junto a los proyectos colectivos del país.
7. Porque las instituciones de educación superior universitarias no tienen fines de lucro, ¿por qué las técnicas como los IP y CFT sí pueden tenerlo?
8. Porque hoy no existe una educación superior técnica pública. El Estado debe ser proveedor y garante de una educación técnica de calidad en nivel secundario y superior en todo Chile.
9. Porque estamos convencidos que una de las principales vías para la equidad salarial en nuestro país pasa por una formación técnica de calidad, acorde a las necesidades de nuestro desarrollo productivo y que prepare de buena manera a las personas para la vida en el trabajo. ¡Necesitamos cambios sustantivos en la educación técnica ahora!
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